Un blog escrito bajo severas dosis de etanol.

jueves, 29 de abril de 2010

La visita del asiático que quería ser albaceteño (VI)


(Viene de aquí).

Con más lascivia que vergüenza la capitán Bragas y el antropólogo Gino se entregaron a un apasionado besuqueo sin prestarme la menor atención. Gusi y yo contemplábamos atónitos la escenita.

Continúa la transcripción:

Misó Gino: ¡Perla mía! (Muac, muac).

Susana Bragas Blindadas: ¡Amorcito pequeño! (Muac, muac, muac).

MG: ¡Cuánto soñé con este momento! (Muac, muac).

SBB: ¡Al fin juntos! (Muac, muac). Dime una cosa, tesorito mío, (muac, muac), ¿quieres a María Ascensión más que a mí? (Muac, muac).

MG: ¡Qué cosas se te ocurren, picoleta de mis desvelos! (Muac, muac). Leónidas me obligó a casarme con ella (muac, muac), y también a pegarle (muac), pero yo solo pensaba en ti.

SBB (separándose un poco de Misó): ¿Pensabas en mí cuando le pegabas?

MG (horrorizado): ¡Oh, no, mi amor! Quiero decir que...

SBB (riéndose juguetona): Que ya lo sé, tontín; que te he entendido. (Muchos muacs).

Aquello era demasiado para mí. Miré el reloj. Eran las tres menos veinte de la madrugada. Decidí que era la hora perfecta para abrir una botella de whisky y beber directamente del gollete. Si me iba a volver loco mejor hacerlo estando borracho.

Continúa la transcripción:

Soldadito de Plomo: Cuando los tortolitos gusten, ejem, ejem, podría ser presentado a la dama.

Susana Bragas Blindadas: ¡Uy, Soldadito, qué poca educación la mía!

SdP: Bah, da igual, doña Susana. En realidad nos podemos dar por presentados, pero sería de agradecer que dejen las efusiones amorosas para su intimidad; tengan en cuenta que hay un gatito castrado presente.

Misó Gino: Compréndanos, señor de Plomo. Ahora que estamos libres del influjo leonidiano se revela nuestra verdadera naturaleza, tierna, amorosa, gentil...

SdP: Sí, sí, vale. Digo yo que ha llegado el momento de hablar clarito y de resolver esta extraña situación antes de que se me llene la casa de friquis. Para empezar, la señorita Bragas Blindadas quizá tenga algo que decir sobre mi amigo Leónidas Kowalski. El señor Gino afirma que Leo está vivo y que me quiere matar. ¿Es usted de la misma opinión, doña Susana?

SBB: Totalmente. He visto a ese hombre, si es que se puede llamar hombre a semejante monstruo, y puede estar seguro de que corre usted un gran peligro.

SdP: Pero este... este pintoresco asunto tiene aún para mí muchos puntos oscuros. Siéntense, por favor, y explíquenmelo todo detenidamente. ¿Por qué dice usted, doña Susana, que ahora no están bajo el influjo del ínclito Leónidas?

SBB: ¡Es tan obvio! Parece usted un pelín gilipollas, señor de Plomo.

MG: ¡Eso mismo le dije yo hace unos minutos, mi niña! Oh, estamos tan compenetrados...

SdP: ¡Basta de ñoñerías y centrémonos! A ver, volvamos a lo del influjo.

SBB: Cuando Leónidas Kowalski fingió su propia muerte le confió a usted la contraseña de su blog, el Diario de un Cabeza de Chorlito, ¿no es así?

SdP: En efecto. Lo hizo mientras agonizaba, para que yo pudiera anunciar en la bitácora su muerte. ¿Y qué?

SBB: Tras la fingida muerte de Leónidas no ocurrió nada especial durante los primeros cuatro meses. Todo seguía como siempre; Misó y yo nos odiábamos, tal como Leónidas dejó escrito. Sin embargo, a partir del día 16 de febrero de 2010 algo cambió, como si Leónidas hubiera dejado de ser dueño de nuestras emociones.

SdP (pensativo): ¡Claro! Sí, aquel día me presenté como nuevo autor del Diario de un Cabeza de Chorlito. Recuerdo que cambié la contraseña de Leo por otra de mi gusto para que me fuera más fácil de recordar.

MG: ¡Ajá, eso explica algo que no podía comprender hasta ahora! ¡Naturalmente, ja ja ja! En ese momento Leónidas perdió el control del blog, y por lo tanto también dejó de influir en nuestra existencia.


(CONTINUARÁ)

2 comentarios:

cachalote dijo...

Pues nada, retomando el tema...sin sexo ni nada...Qué dura que es la vida del lector...Juas Juas, que no...que es broma...

Rocket dijo...

Estimado soldadito,

Veo que está usted involucrado en un apasionante Thriller Psicológico y nos tiene a los lectores descentrados, desconcentrados y desconcertados.

He vuelto a guardar la 9mm, pero no descarto sacarla de nuevo... ¡AQUÍ HUELE A CHAMUSQUINA!

Temo por usted soldadito...

Saludos,
Rocket

Lamento que no haya atendido usted las sugerencias sobre sexo anal que le hicimos... eso hubiera convertido su relato en un thriller del S XXI.